Recién había hablado en mis dos últimas entregas que: a) iba a hacer lo que tuviera que hacer para representar bien a la música electrónica en este portal, el cual tiende a ser más rockerón; y, b) esto significaría que no hablaría de los lugares comunes del género como Tiësto y Paul Oakenfold, principalmente porque no los oigo.
Sin embargo, quiero compartir una opinión más -que no es la mía, sino la de Jim Fusilli, un articulista cuya pieza (El embrutecimiento de la música electrónica) traduje al español y estoy reproduciendo con su permiso-. Comparto muchos de los puntos de vista de Jim y me parece muy importante que este texto tenga las más visitas posibles, así que siéntanse libres de repostearlo y retuitearlo a su antojo.
El embrutecimiento de la música electrónica
Escrito por: Jim Fusilli
Traducción: Chuck Pereda
jfusilli@wsj.com
Twitter: @wsjrock
Alguna vez -de manera casi exclusiva- un movimiento underground, la Electronic Dance Music (EDM) está ahora siendo abrazada por una audiencia pop comercial. De acuerdo con esto, alguna de la música nueva amigable con la radio, suena mansa y calculada, especialmente cuando es tocada en festivales de altísima energía: los ritmos complejos y orquestaciones sintetizadas de una variedad de fuentes que dieron textura un sentido de aventura a esta música ahora se sientan al igual, si no es que secundariamente, a las vocales de pop y hip hop. Pero hay un miedo de que pegarle al mainstream tenga un efecto corruptor en la EDM.
“Si alguien me dijera: toca ‘The Time of My Life', de The Black Eyed Peas, y lanza tus manos al aire, no podría hacerlo,” dijo Carl Cox, un dj y productor veterano. “Si me dieras 10 millones, no podría hacerlo”.
Hay también este sentimiento creciente de que algunos recién llegados a festivales gigantes de EDM (el Electric Daisy Carnival de Las Vegas que dura tres días y comienza el viernes, por ejemplo, se espera reuna más de 300 mil personas), o aquellos que pasan tiempo en la carpa dance en el Coachella Valley Music and Arts Festival de este año, siguen prefiriendo canciones que han escuchado en la radio sobre mash-ups hechos por el dj al momento o las variantes formas de EDM que se conocen como house.
Algunos dj's están alcanzando hacia el estrellato pop. En el album Nothing But the Beat, de David Guetta, editado en 2011, aparecen las actuaciones vocales de Jennifer Hudson, Ludacris, Nicki Minaj y Usher. Cinco de los tracks del disco subieron hasta altas posiciones en los charts de sencillos de Billboard. Cuando el señor Guetta tocó en Coachella en abril, se apoyó fuertemente en sus producciones pop. El punto álgido del set popero de Calvin Harris en el mismo festival fue una aparición de Rihanna, quien subió para cantar “We Found Love”, su colaboración en el disco de ella de 2011, Talk That Talk. Pero los backing tracks construidos por los Srs. Guetta y Harris están llenos de clichés, house de pan blanco que no representa a lo mejor del género.
Dijo Norman Cook, el dj y productor veterano que trabaja como Fatboy Slim: “David Guetta y otros lo sacaron del underground. Todo mundo trata de surfear esa ola. Sólo están haciendo lo suyo”.
Para algunos de los nombres más grandes en la EDM, el taller preferido es el estudio de grabación en vez del club. Tim Berling, aka Avicii, un chico de 22 años de Estocolmo y una superestrella EDM en ascenso, dijo: “Yo no vengo de mezclar cuando estás haciendo 300 shows al año. Me siento bastante libre, pero quiero proveer para todos, no puedo tocar house por dos horas”.
Los artistas de EDM que buscan una audiencia más grande están también explorando otros lugares. El diciembre pasado, la Swedish House Mafia tuvo sold out en el Madison Square Garden. El próximo tour de Avicii se vende en arenas -no clubes- en Estados Unidos y Canadá. “Me mantengo bastante verdadero a mi propia música, mi propio sonido,” dijo. “Es bastante improvisado, pero tengo un plan”.
Conforme la EDM y los eventos que se le relacionen continúen creciendo, una audiencia se puede estar creando que no quiere nada más que entretenimiento mediano, predecible. Dada la respuesta de esta nueva audiencia, por qué querrían los productores renombrados regresar al dj de la vieja escuela que requiere concentración y conocimiento de una vasta base de datos.
En festivales, con lasers computarizados y luces frenéticas encendidas, un productor puede darle play a uno de sus hits y alejarse hasta que sea tiempo de tocar un botón de la laptop para que empiece el siguiente éxito. Pero Mr. Cox encuentra todo eso contrario al ethos del dj. “No soy Carl Cox el que toca éxitos”, dijo. “Encuentro que tengo que trabajar duro para lograrla. No tengo idea de qué voy a tocar cuando empiezo”.
Algunos dj's de la vieja guardia, que alguna vez tocaron viniles que llevaban por todos lados en cajas, ven un lado bueno de la alza en popularidad de la EDM. Creen que una porción significativa de la audiencia se cansará pronto de la electrónica-pop y migrará hacia algo más espontáneo. Richie Hawtin, quien se refiere a sí mismo como un dj con aproximación clásica, lo llama 'polinización cruzada'. “Soy optimista, esta nueva generación de productores está haciendo que una nueva generación de gente se adentre en el sonido de la música electrónica”, comentó.
Por su parte, Mr. Cox mencionó: “Tengo 50 años. Crecí con vinil, una aguja en un disco. Tornamesismo. Toco una mezcla de disco con funk, soul y house con una caja de ritmos 909 (...) ¿Se supone que tengo que rebajar mi intelecto a la idea de que todo lo que hago es presionar un botón?”.
Via indio.com.mx
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